La bulimia, cuyo nombre correcto es Bulimia Nerviosa, se caracteriza por episodios recurrentes de atracones de comida, especialmente dulces, cremas y alimentos muy calóricos; para luego continuar con una o más de las siguientes conductas: vómito inducido por la propia persona, abuso de laxantes y/o diuréticos y realizar ejercicios en forma exagerada.
Afecta más a las mujeres que se encuentras ‘atormenta’ el ser gordas, obesas. A diferencia de la anorexia nerviosa, donde la persona literalmente no come o apenas lo hace, llevándola a una delgadez extrema, el peso de las bulímicas suele fluctuar: de obesas o sobrepeso a delgadas.
En un estudio presentado recientemente en el Royal College of Psychiatrists in Edinburgh, se demostró que el tener sobrepeso o ser obesas durante la adolescencia, aumenta el riesgo de desarrollar una bulimia en la edad adulta. Aparentemente el sobrepeso aumenta la preocupación de no verse bien, y desarrollan una dieta por su propia cuenta, sin asesoría profesional, llevando a algunas a ser bulímicas.
El problema de la bulimia es de consideración, ya que va en aumento.
La causa se debe a una inseguridad alimenticia que junto al temor de ser obesas, las lleva a ingerir atracones de comidas para luego sentirse culpables. ‘Deben’ deshacerse rápidamente del exceso de calorías que han ingerido, provocándose los vómitos, usando laxantes y haciendo ejercicios en forma excesiva, casi obsesiva.
Es frecuente que sea una conducta aprendida (p.e en los colegios), donde se pasan ‘el dato’ de una a otra persona. A esto suele asociarse una indiferencia de parte de los padres respecto al peso corporal de su hija (o). Así, al sentirse no escuchada y tampoco ayudada a lograr ser delgada, recurren a estas conductas.
Para evitar esto, los padres deben siempre escuchar a sus hijos, y si desean ser delgadas, hacerles una dieta. En forma ideal es asesorarse por un médico que le ayuda no sólo a bajar de peso, también que le enseñe cómo alimentarse correctamente una vez que esté en su peso óptimo y darles la necesaria seguridad alimenticia. Sólo cuando de logre esto, el tratamiento se puede considerar exitoso.
Pero la solución ideal es una: evitar la obesidad en los niños y adolescentes