La regulación del peso corporal tiene dos grandes variables: La primera tiene que ver con la ingesta de los diferentes tipos alimentos donde influyen la cantidad de calorías, la densidad de los alimentos, la temperatura, los sabores y olores.
La segunda variable, corresponde al gasto energético, y tiene su regulación por la actividad física, la masa muscular y adiposa, la temperatura corporal y el metabolismo basal (gasto de energía en situaciones de reposo) entre los principales factores.
Estas dos variables, ingesta y gasto energético, están controladas por múltiples señales destacando: factores nutricionales, nerviosos, hormonales, físicos, y psicosociales (saber más).
Cuando por una determinada circunstancia, como es la escasez o el exceso de comida, suceden una serie de ajustes metabólicos, muchos aún no comprendidos por nosotros y que explican ciertas situaciones paradójicas.
Una de estas situaciones es lo que se observó durante la Segunda Guerra Mundial con los prisioneros en los campos de concentración. A ellos se les mantuvo con una alimentación extremadamente deficiente en términos de vitaminas, minerales, proteínas, y muy especialmente de calorías. Estas en ocasiones no superaban las 500 calorías diarias. Junto a esta alimentación restrictiva, se sumaba un gran gasto de energía por los trabajos físicos a que fueron sometidos. Analizando estos datos, los prisioneros no debieran haber sobrevivido más allá de tres meses. Pero a modo de sorpresa, lograron traspasar tal barrera y muchos lograron sobrevivir más de un año.
¿Qué sucedió entonces?. Algo que recién se está entendiendo y tiene que ver con la adaptación del organismo cuando se produce una restricción de la comida, o mejor dicho de una restricción calórica
.El cuerpo humano, y en general el de todos los organismos vivos, fue ‘diseñado’, mas bien para la carencia que para la abundancia de alimentos.
A modo de ejemplo cuando a una planta se le restringe el agua, esta desarrolla una mayor cantidad de raíces para extraer “hasta la última gota”.
Cuando esta situación se prolonga por varias generaciones, la adaptación implica una verdadera ‘transformación’ del organismo (ventaja evolutiva). Continuando con el ejemplo anterior de las plantas, para evitar la pérdida de agua debido a la evaporación, estas se repliegan transformándose en espinas y el tallo en un verdadero reservorio de agua, son los cactus.
Tal capacidad adaptativa, lo observamos frecuentemente cuando una persona realiza una dieta sin la supervisión profesional adecuada, y es la responsable del fenómeno de rebote que ocurre generalmente con tal tipo de dietas.
La regulación del peso corporal obedece en gran parte a factores adaptativos (saber más), muchos de ellos no conocidos por nosotros, pero que son necesarios tenerlos presentes, para así entender mejor el proceso de baja de peso.