La apnea de sueño se caracteriza por repetidos episodios de obstrucción de las vías aéreas superiores mientras duerme, lo que se traduce en una falta de oxigenación de la sangre (hipoxia) y un dormir fragmentado.
Esta condición de apnea, se le ha relacionado con una mayor propensión a desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como son la hipertensión arterial, diabetes mellitus y dislipidemia (alteración del colesterol y triglicéridos)
La apnea de sueño es más frecuente en hombres, especialmente si son obesos. Lo que ha llevado a los especialistas en insistir en que estas personas deben bajar de peso.
Por otra parte, una “nueva” condición médica, conocida como síndrome de resistencia a la insulina está cobrando cada vez más importancia dada su alta prevalencia. Se supone que 1 de cada 3 personas que habitan en el mundo desarrollado la poseen. Las características de este sindrome son: obesidad central, es decir una acumulación de grasa en el abdomen, presión alta, elevación de los triglicéridos, descenso del colesterol HDL (el que protege), y una elevación relativa de la insulina y glicemia.
Hasta la fecha se había pensado que sólo la obesidad lleva a tal resistencia de la insulina. Pero en un trabajo publicado recientemente en la revista Clinical Endocrinology se observó que las personas que padecen de apnea, independientemente de ser obesas pueden desencadenar una resistencia a la insulina.
Se trabajo con un grupo de 213 japoneses cuyas edades fluctuaron entre los 27 y 80 años, los que se dividieron en tres subgrupos: apnea leve , moderada y severa.
Se encontró una mayor frecuencia de resistencia a la insulina entre los que padecían de las formas más graves de apnea. Es decir las formas más obstructivas de apnea, las que provocan más hipoxia, desarrollan más fácilmente una resistencia de la insulina.
Esta asociación entre apnea y resistencia de la insulina se explicará a que la hipoxia (falta de oxígeno en la sangre), gatillaría una activación en ciertas áreas del sistema nervioso, conocido el sistema ‘simpático’ que es el tiene que ver con las tensiones y estado de alerta. Tal activación liberaría unas sustancias químicas (neurotransmisores) que provocarían la resistencia de la insulina.
Se pueden obtener las siguientes conclusiones
- La apnea en sí puede provocar una resistencia a la insulina, independientemente si la persona sea o no obesa
- Al mecanismo de daño al sistema cardiovascular como producto de la hipoxia, se sumarían los que producen la resistencia a la insulina en sí.
- Toda persona obesa y con apnea debe siempre como primera línea de tratamiento, normalizar su peso.
- La sola baja de peso, haría desaparecer la apnea en alrededor del 70% de las personas obesas que la padecen.
- En ocasiones, las personas con apnea deberán usar medicamentos para manejar la resistencia a al insulina.
Referencias
Clin Endocrinol. 2006;64(1):12-19.