No hay duda que el principal mito que aún circula por ciertos gimnasios es que “los ejercicios transforman la grasa en músculo”.
¿Qué hay de cierto en esto?
Nada. ¡La grasa NO se puede transformar en músculo!
Son dos entidades separadas: eliminar grasa y formar músculos
Para eliminar la grasa:
Se requiere de la participación de ciertas ‘enzimas’ que realizan un trabajo químico, conocido como oxidación de las grasas. Estas enzimas pueden ser estimuladas o inhibidas por ciertas hormonas, alimentos y la actividad física. La insulina es una hormona que frena esta actividad mientras que la adiponectina, la estimularía.
Respecto a los alimentos, el alcohol actúa de freno, mientras que los polifenoles presentes en el te verde (green tea) y especialmente en el café verde (green coffee), estimularían tal actividad. Una dieta bien estructurada, es la mejor manera de eliminar tejido adiposo. La actividad física desde el simple caminar, hasta los más vigorosos ejercicios como es correr, raquet ball y squash requieren el consumo de altos niveles de energía obtenida inicialmente del azúcar (glicógeno de los músculos e hígado) y posteriormente de las grasas del tejido adiposo.
Para formar músculo:
Sucede cuando ciertos ejercicios activan un grupo de ‘enzimas’ diferente, cuando el músculo es sometido a cierta carga, como ocurre cuando se levantan pesas o se hacen ejercicios contra resistencia. Tales ejercicios deben hacerse con carga progresiva.
Para favorecer una adecuada formación de masa muscular se debe acompañar de una dieta que contenga suficiente proteínas: 0,80 gramo por kilo de peso en una persona normal, lo que debe incrementarse hasta 1,2 gramos de proteínas por kilo de peso, en aquellos deportistas de alto rendimiento.
Por lo tanto si usted quiere quemar grasa, debe realizar ejercicios físicos sin resistencia junto a una dieta que contenga alimentos que estimulen y no frenen las reacciones químicas que ‘queman grasa’.