El Pescado en Nuestra Epoca y en la de Jesucristo

Ya estamos en Semana Santa.
Durante esta semana, algunos cristianos tradicionalistas (los menos) siguen una dieta característica del periodo de cuaresma: durante 40 días no comen proteína animal derivada de la carne, sólo del pescado.

Sin embargo, la mayoría de los creyentes, sólo restringen el consumo de carne durante algunos días de la Semana Santa. Más específicamente, en Viernes Santo.

pescado

 

Pero, comer pescado en nuestros días no es lo mismo que hace 2.000 años atrás. Definitivamente no.
En esa época, el pescado era una comida popular, estaba al alcance de todos los que vivían cerca de la costa y ríos.
Por otro lado, la carne era un bien muy escaso. El costo de tener y mantener animales era muy alto y mucho más complicado. Había que alimentarlos, protegerlos de las enfermedades, cuidarlos que no se escapen o se los roben, etc.
Esos problemas no existían para los peces. Había una abundancia de ellos, bastaba con tirar las redes o una caña de pescar y listo.

Hoy, la situación es radicalmente diferente. El ‘progreso’ ha permitido un gran desarrollo de la ganadería y de la avicultura, lo que junto a facilidades en el transporte y refrigeración, ha hecho que las carnes sean mucho mas populares, más accesibles para las personas. Más baratas.

Paradojalmente, este mismo ‘progreso’ ha hecho que el pescado, y en general los productos marítimos, sean menos accesibles para la población. Los barcos factorías, verdaderos depredadores de los mares, han explotado de tal manera los recursos marinos que los han hecho escasear.
Hoy, es más barato comer pollo, carne de vacuno ó cerdo que pescado.

A la situación anterior se suma la contaminación de las aguas, que ha empobrecido los peces de los ríos y mares. El problema es que esta contaminación no sólo aumenta la mortandad de peces y moluscos, sino que los que sobreviven van acumulando los diferentes agentes tóxicos.
Las autoridades aún no han dimensionado esta situación (de contaminación) que a nosotros los médicos ya nos está poniendo en alerta.
Fue publicado en la prestigiosa revista de medicina americana Annals of Internal Medicine, un informe preocupante. Se refiere a que las bondades de comer pescado respecto a la protección cardiovascular que ejerce (por su riqueza en aceites omega 3), puede ser opacada por los niveles de ciertos contaminantes que ellos concentran.
Son 2 los contaminantes que hasta el momento más importan: el mercurio y los bifenoles policlorinados (PCBs). Ambos se encuentran en algunos peces en tal altas concentraciones que ha hecho que la recomendación de comer pescado no exceda a dos porciones semanales. La lista de los peces afectados es bastante amplia.
Un especialista señala “Ud. no debe comer alimentos cancerígenos o con neurotóxicos, para satisfacer sus necesidades de omega 3”

En varios centros de EEUU, se ha visto que muchas personas que habían sido diagnosticadas por otras enfermedades, realmente lo que padecían era una intoxicación por mercurio. Cuyos síntomas son: dificultad para concentrarse, temblores, problemas en la visión, adormecimiento y hormigueos en diferentes zonas del cuerpo.
En nuestro país es muy posible que estemos, por ignorancia, también haciendo un sub-diagnóstico. En otras palabras, estamos atribuyendo a otras causas la intoxicación por mercurio. Esto es muy posible, ya que en esa publicación se referían también a pescados de origen chileno.

En resumen el pescado en la época de Jesucristo, era más abundante, mas barato y sin contaminantes.
Como conclusión. Para cuaresma perfectamente puede evitar el pescado. Una dieta basada en verduras, legumbres y cereales, es más armónica y más sana. Y ‘va más con una cierta dosis de austeridad’ que debiera simbolizar esta semana.