Hasta la fecha lo único que ha demostrado proteger de la infección por el COVID-19, es un mineral, el zinc. No hay medicamento que proteja como lo hace el zinc.
El Zinc actuaría por varios mecanismos:
1- Regula las defensas del cuerpo. Mejora la inmunidad y reduce la inflamación. La inflamación que provoca este virus es la gran sorpresa que nos hemos encontrado, siendo responsable de la mayoría de los casos que evolucionan mal.
2- Impide que el virus ingrese a las células que recubren el sistema respiratorio. Estas células tienen en su superficie un receptor, conocido como ACE. Este receptor es necesario para que el virus ingresa a la célula y se replique dentro de ella. Una vez que se replica, la célula se rompe y los millones de virus se diseminan infectando a las demás células.
El zinc además de interferir en la unión del virus con el receptor ACE, afecta las reacciones químicas necesarias para que el virus se multiplique dentro de las células.
Este efectos eran conocidos por nosotros, ya que a las personas que se resfrían muy seguido, les recetamos zinc. Y vemos que la frecuencia de los resfríos se reducen drásticamente. No es de extrañar que muchos de los resfríos comunes, son producidos por otros virus de la familia de los coronavirus.
El zinc hay que consumirlo diariamente ya que, a diferencia del hierro, calcio y otros minerales, no existe en el cuerpo algún tejido donde se deposite a modo de reserva.
Los alimentos que lo contienen son las carnes, pollo, pescado y mariscos principalmente. Mientras que la soya, muchos cereales, frutos secos y en general los alimentos ricos en fitatos no sólo contienen poco zinc, también reducen la absorción de este mineral. Por eso que es frecuente encontrar deficiencia de zinc en los vegetarianos y veganos.
Existen muchos preparados de minerales que lo contienen. Entre estos destacan las fórmulas que uso en mis pacientes: Minerales y Vitaminas y Strong Hair & Nails.
Por último, la mejor prevención de todas, es evitar que el virus entre a su sistema respiratorio. Para eso, las tres medidas más importantes son: mascarilla (tapando la nariz siempre), distanciamiento social, y lavado de manos en caso de haber tocado alguna superficie potencialmente contaminada.