La Obesidad, ¿Un problema Glandular?

Es muy recurrente la esperanza de las personas obesas a que tal estado se deba a un problema glandular.
Y es generalmente la tiroides la que concentra la mayor culpabilidad. Sin embargo, menos del 5% de los problemas de sobrepeso u obesidad se deben a mal funcionamiento de la tiroides (p.e un hipotiroidismo). 

Vemos entonces que la glándula tiroides  tiene muy poca relación  con la obesidad.  Y, salvo que exista una indicación real de necesidad de hormonas tiroideas, su uso indebido, no solamente no facilita la baja de peso, sino que produce una descalcificación de los huesos, que puede llegar a una osteoporosis, como también  produce la pérdida de masa muscular ( ¡y lo que se debe bajar es grasa no músculo!). También el abuso de hormonas tiroideas es  dañino para el corazón.

Otra hormona que está de moda como xulpable de la situacion de obesidad es la insulina. La insulina es producida por el páncreas, y posee diversas funciones en nuestro cuerpo. El exceso de insulina, lo que se conoce como hiperinsulinemia o resistencia a la insulina, facilita el proceso de obesidad.

La insulina posee otras funciones además de la clásica que es la de permitir el ingreso de la  glucosa a las células. La insulina es lipogénica (generar tejido graso), anabólica (asimilar más los alimentos). Lo curioso que más del 90% de los casos de hiperinsaulinemia se debe al exceso del tejido adiposo. Mediante unos mecanismos complejos, a medida que la persona  engorda (acumulando grasa) se va desarrollando una resistencia a la insulina. Y tales niveles elevados de esa hormona van amplificando el problema de la obesidad.

Las personas que poseen una resistencia a la insulina, llegaron a una condición por haber acumulado un exceso de grasa. La culpa inicial es de una mala alimentación que facilitó una acumulación excesiva de grasa corporal que posteriormente  derivó en una resistencia a la insulina. Y cuando ya está establecida, acentúa el problema de la obesidad.
Por eso, independientemente que se usen medicamentos para atenuar tal hiperinsulinemia, como es el caso de la metformina, el UNICO a tratamiento  de esta condición es una dieta adecuada  ( y ejercicios) para reducir  la grasa corporal.

Al perderse ese exeso de grasa, se normalizan los niveles de insulina en la sangre, y con estos menores valres, el efecto lipogénico y anabólico es ínfimo

Y, para ahondar más, quiero señalar  que existen otras hormonas  tales como  la adiponectina, resistina y leptina,  y  sustancias químicas (adipoquinas) que son producidas por el mismo tejido adiposo, que sí están relacionadas con la obesidad. Lamentablemente hasta la fecha,  estas hormonas no se pueden determinar en forma rutinaria con los exámenes de laboratorio.

La buena noticia es que una dieta adecuada junto a una actividad física bien estructurada, modulan tales  productos del tejido adiposo de modo que no sólo se  facilita la pérdidad del exceso del tejido adiposo, sino que también se reducen las sustancias quimicas dañinas que afectan las arterias.